Por: Katina Zedán
Hemos ligado directamente nuestra independencia financiera con nuestro poder personal y aunque esto puede llegarse a manifestar de varias formas, hoy te quiero plantear tres escenarios que pudieran estar sucediendo en tu vida en este momento.
El primero, si eres una mujer o un hombre casado y uno de los dos es dependiente económicamente del otro. Existen casos en los cuales la persona que provee siente que tiene una posición de poder o de decisión, incluso puede llegar a usar este “poder” para manipular al otro. Este primer escenario puede llegar a ser muy común y lo que sucede en estos casos es que el vínculo se puede ir desgastando, empezando por que muchas veces no se tienen acuerdos de pareja en este tema. En este primer escenario tenemos una falsa idea de poder que muchas veces el otro (el que es dependiente) llega a creer firmemente en que sin su pareja no podrá ser nunca independiente financieramente y ve sólo limitación en lugar de oportunidades. Vive desde el miedo.
Segundo, en un matrimonio, los dos son independientes económicamente y se eligen. En este segundo caso, ambos trabajan o tienen negocios y pueden vivir económicamente el uno sin el otro. Existen acuerdos claros de pareja en el tema de finanzas y ellos deciden voluntariamente estar en esa relación. No como sucede en el caso anterior, que siguen muchas veces en la relación porque creen que económicamente no pueden vivir sin el otro, o no pueden vivir con su mismo estilo de vida. Estas son solamente percepciones y puntos de vista que se ha comprado alguna de las partes de cómo es su realidad financiera.
El tercer caso es ser dependiente de un trabajo fijo, en el que en cualquier momento te pueden despedir. En estos casos el jefe es el que puede estar abusando del “poder” que tiene sobre sus colaboradores. Nuevamente podemos caer en ser manipulados, vivir con miedo o incluso cobrar menos de lo que sabemos que vale nuestro trabajo por miedo a perderlo.
Analizando estos tres escenarios vemos como en dos de ellos prevalece el miedo y en uno de ellos (en el segundo) pareciera que hay más elección.
Lo cierto es que en los tres escenarios podemos elegir y reclamar nuestro poder personal. Lo primero es cultivar nuestra habilidad emocional para navegar los cambios que sean necesarios. Segundo, conociendo tu valor como persona no dejarás que en ninguno de los casos puedas llegar a ser manipulado por un jefe, una pareja o cualquier otra persona. Y por último, tus pensamientos y creencias acerca de la situación en la que estás jugaran un papel fundamental a la hora de reclamar ese poder interno. Nunca es la situación externa, siempre es lo que crees acerca de ella y la historia del futuro que te estas contando.
Para terminar, te quiero dejar con esta frase de Cory Allen:
“La perspectiva es poder. Puedes ver tu camino como limitado o puedes ver tu camino como un lugar lleno de potencial, buenas sorpresas, crecimiento infinito y oportunidades. Cualquiera que elijas, estarás en lo correcto”.