Por: María Gabriela González Bran – gaby.gonzalezb2002@gmail.com -IG: gabbz_gonzalez – Linkedin: María Gabriela González Bran – fcccmarcodeaccion@gmail.com
*Estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad Rafael Landívar. Defensora de la vida, la libertad y la dignidad humana como claves para poder lograr el cambio que todos queremos para nuestra Guatemala y nuestro mundo*
Recuerdo hace unos años cuando el 8 de marzo yo me metía a redes sociales y miraba “Feliz día de la Mujer” o incluso quienes decían “no se celebra, se conmemora” siempre hablaban del “Día de la Mujer”. Tristemente, hoy en día son muy pocos quienes siquiera mencionan este día como tal. Todo es el “8M”.
Dicho día se ha vuelto un arma política, una manipulación aprovechada por un movimiento que con su lenguaje desea conseguir sus objetivos.
“8M contra la minería” expresa, por ejemplo, Colectiva Feminista en El Salvador. En Guatemala no falta el ruido de la dichosa marcha del 8M. El Congreso felicita y comparte mensajes en el 8M, las empresas incluso sacan sus promociones o beneficios para las mujeres en el 8M. ¿Cuál es el problema de esto? Que el Día de la Mujer murió para dar paso a la propaganda política y de marketing del 8M.
Si bien, el feminismo de la primera ola contribuyó a la igualdad ante la ley, al permitir que las mujeres pudieran votar -aunque inicialmente sólo a las blancas de clase media, recomiendo leer el artículo Celebrate Women’s Suffrage, but Don’t Whitewash the Movement’s Racism de Tammy L. Brown-, el feminismo ha evolucionado de tal forma que el empoderamiento ya no es tanto que las mujeres puedan liderar empresas, ser madres y profesionales y tengan éxito académico. El empoderamiento ahora es sexual: no rasurarse, besar a todas las personas que quieran y cuando quieran, estar hablando de cuántas veces se masturban al día, etc.
¿Qué tan bajo quieren dejar a las mujeres? ¿Por qué el empoderamiento es la capacidad de darse placer sexual?
El 8M transformó un día en donde celebrábamos ser mujeres, recordábamos a quienes lucharon por conseguirnos igualdad política y reflexionamos sobre los aportes de las mujeres en la familia y sociedad; cosa que cambió a un día para reclamar privilegios sólo por ser mujer, a un día en que el movimiento feminista divide a la población en general y hasta las propias mujeres -porque claman sonoridad y respeto, pero Dios guarde una mujer se pronuncia en contra del movimiento- y un día donde quieren que la justicia sea parcial.
Inseguridad, abusos y poca justicia, es algo que todos sufrimos. Sí, hay situaciones donde las mujeres lo sufren más; y sí, lastimosamente aún hay personas con actitudes machistas.
Pero tenemos que ir a las causas de los problemas. Si un hombre le pega a su esposa, no es sólo por ser mujer, hay que analizar problemas como el desempleo, abuso de drogas, alcoholismo, entre otros. Debemos ir a la raíz de los problemas, no poner una curita en una puñalada. La sociedad es de todos, la justicia debe ser aplicada a todos por igual, la lucha por un país seguro y un gobierno transparente es de todos. Dejémonos de propagandas políticas y unámonos, reconociendo la complementariedad de hombres y mujeres en la lucha por una Guatemala mejor.
Y a todas las mujeres leyendo esto, sean o no feministas: ¡Feliz día de la Mujer!