Fortaleciendo mi autoestima

He aprendido mucho sobre el amor propio.

¿Cómo ha transformado “Juntas Invencibles” tu percepción de ti misma?

En lo personal, me consideraba una adolescente incapaz de solucionar nada en su vida. Me veía como una niña que siempre buscaría el camino fácil y las cosas simples, porque tenía miedo a cambiar. Pensaba: ¿Si hago esto, qué pensarán de mí? ¿Qué dirá la gente? Mi mente siempre estaba fija en las críticas, pensando que nunca podría hacer nada bien porque dirían que simplemente las cosas no se me daban. Vivía encerrada en mi mundo, pensando que si me arreglaba como una señorita, me dirían que soy creída, o que si tenía amigos hombres, a mis espaldas dirían que me regalo a cualquier hombre. Pasé muchos años en inquietud por no saber qué hacer.

Hoy en día, me encuentro cambiando paso a paso para ser una mujer decidida y capaz de lograr sus objetivos. Quiero crecer en el futuro de forma económica, social, espiritual y familiar. Busco la forma de no pisotear a nadie con mis acciones y tampoco quedarme atrás. Me gusta la idea de mejorar para mí, para sentirme bien, y pienso hacerlo de forma auténtica, siendo luz, pero sin opacar el brillo de los demás. Quiero igualdad, porque sé que todas somos únicas, especiales y diferentes, y podemos ayudarnos unas a otras para mejorar. No se trata de creernos más que nadie, sino de ser más que nosotras mismas y ayudar a las demás a superarse cada día.

¿Qué herramientas prácticas has aprendido?

He aprendido mucho sobre el amor propio. Me amo tal como soy y amo a los demás. Me encanta aprender de mis errores y trabajar en ellos. No podré ser perfecta, pero puedo mejorar. He aprendido a vivir; ya no es como antes, cuando solo existía. Me levantaba por la mañana con la misma rutina de siempre y, al cabo de un año, nunca hacía nada diferente. Era como ensamblar un artefacto: tenía las instrucciones y lo hacía tal y como lo pedía el manual, sin dejar pasar nada, sin ponerle color o algo que a mí me gustara. Hacía las cosas al pie de la letra, sin más. Así era mi vida.

Pero ahora es diferente. Amanezco y elijo vivir, porque ya no hago exactamente lo mismo todos los días. Cambio el orden y agrego cosas que a mí me gusta hacer. Pienso cada minuto qué más haré. Hay mucho del día que había desaprovechado y que ahora puedo cambiar. Agradezco a Dios por las cosas que tengo y porque sé que vendrán cosas mejores. Aunque un día me caiga, he aprendido que las heridas cicatrizan y ese será el recuerdo que conservaré para, en el futuro, no cometer el mismo error.

¿Cómo has aplicado estos conocimientos en tu día a día?

Antes, me concentraba simplemente en lo que creía necesario: hacer la limpieza, bañarme, estudiar, cosas comunes. Pero yo las hacía más rutinarias de lo que ya eran. Estoy comenzando a cambiar porque ya fue demasiado. Tuve mis fallas y errores. Quizás a alguien más le ha pasado como a mí: dejar las cosas para último momento, elegir el camino fácil, dejarse ganar por la pereza, dormir tarde sin considerar las consecuencias. Cosas tan simples como levantarse a las 7 am y hacer la limpieza en el hogar se me hacían complicadas y eternas.

He aprendido a tomar el control de mi vida. El cambio está en nosotros.

He aprendido a tomar el control de mi vida. Desde el momento en que decides poner un pie fuera de la cama por la mañana y haces lo que debes de la mejor forma posible, en serio que es algo que llena el alma. Y después, ¿qué sigue? Te das cuenta de que hacer la limpieza no tomó más de una hora y tienes el resto del día libre. Puedes hacer tus deberes de la escuela tranquila, y la mejor parte es hacerlos llamativos, con apuntes bonitos y cuidando tu caligrafía. En serio, eso hace que sea más sencillo realizar las cosas de una forma más atractiva y relajante, sin preocuparte porque ya se terminará el año y nunca terminaste nada de lo que planeaste.

El cambio está en nosotros. Personalmente, puedo decir que ha sido de gran ayuda para mí querer ser mejor cada día, porque si no cambio yo, nadie lo hará por mí. Cambiaré para ser mejor. Estoy comenzando, pues también aprendí que no puedo cambiar de un día a otro y sé que cometeré errores, pero saldré de ellos. Me enfocaré en lo que me encanta, como dibujar. Me inspiraré cada día con la luz de un nuevo día y no olvidaré agradecer a Dios porque me ha dado la libertad de ser mejor sin perjudicar a los demás. Me ha dado, sin saberlo, todo lo que necesito. Es maravillosa la forma en que cambian las cosas cuando te das cuenta de todo lo que te rodea y sabes que aún falta mucho por delante.

Me encantó el libro porque me ha ayudado más de lo que creí. agradezco a la escritora del libro juntas invencibles, a Marolen Martínez porque con el esfuerzo que ha puesto en este libro nos ha dado a muchas adolescentes la respuesta que tanto buscamos desde niñas, muchísimas gracias. De todo corazón le deseo lo mejor a todas las personas que se tomaron el tiempo para leer este ensayo, que Dios les bendiga y su vida sea colmada de bendiciones y éxitos y mucha prosperidad.

Por: Sharon Elizabeth Moscoso Solís, estudiante de INEB Maya. Artículo ilustrado por su autora.

Deja un comentario