Honrar lo que somos
Por: Marolen Martínez
El pasado 23 de abril se celebró el Día del Libro y también el Día del Idioma Español según las Naciones Unidas, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de nuestra lengua y el impacto que tiene en nuestra identidad.
En lo personal, siempre he sentido un profundo respeto por nuestro idioma, y precisamente por eso, me resulta extraño ver cómo, poco a poco, el inglés ha ido infiltrándose en nuestra comunicación cotidiana, ya sea en redes sociales o en el ámbito corporativo. Me dicen «deadline», y respondo «fecha límite». Me mencionan «CEO», y aclaro «Director Ejecutivo». Y así podría seguir con una larga lista de términos que, sin razón aparente, han desplazado palabras perfectamente válidas en español.
Me pregunto: ¿por qué sucede esto? ¿Acaso no valoramos nuestra propia lengua? ¿Es una cuestión de moda, globalización, o simplemente falta de orgullo por nuestra identidad?
Carlos Vives lo expresó de manera brillante en sus redes sociales el mismo 23 de abril: «Canto en español porque vivo en español, siento, amo y pienso en español.» Esta frase me resonó profundamente, reforzando una idea que llevo tiempo reflexionando: hablar en español no es simplemente una circunstancia más, es parte de nuestra esencia, de nuestra historia, de nuestra herencia cultural.
El español es un idioma vibrante, rico en matices y expresiones. Nos permite comunicar emociones con una profundidad única, con palabras que tienen siglos de historia. Si es nuestra lengua materna, ¿por qué no abrazarla con orgullo?
No se trata de rechazar otros idiomas ni de negar la importancia de hablar inglés en un mundo globalizado. Se trata de valorar lo nuestro, de no permitir que nuestra identidad se diluya en una mezcla innecesaria de términos que no aportan a nuestra riqueza lingüística.
El Día del Idioma Español nos recuerda que nuestra lengua es mucho más que un medio de comunicación: es parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestro ser. Es tiempo de cambiar el relato sobre el español, de reivindicarlo con orgullo, de escribir, hablar y pensar en nuestra lengua con amor y respeto. Porque el español no solo es un idioma, es una identidad.
Cada palabra en español es un testimonio de la riqueza de nuestra lengua, de su capacidad de capturar lo complejo y lo sutil en un solo término.
Entonces, ¿por qué no abrazar nuestra lengua con orgullo? ¿Por qué no reivindicarla en cada conversación, en cada escrito, en cada expresión? No se trata de rechazar otros idiomas, sino de entender que nuestra lengua es parte de lo que somos, y que protegerla es también proteger nuestra identidad.
Nuestro idioma es un legado que nos une y nos define. Honrarlo es honrarnos a nosotros mismos, es reconocer la historia que nos precede y la cultura que llevamos en cada palabra.
Es tiempo de cambiar el relato sobre el español. De reivindicarlo con orgullo, de escribir, hablar y pensar en nuestra lengua con amor y respeto. Porque el español no solo es un idioma, es nuestra identidad.