Metamorfosis de los techos de cristal

Más allá de lo superficial…

En los últimos años, las mujeres van ganando cada vez más espacios donde históricamente era dominado por los hombres, la dinámica social se ha ido modificando ya que, la política, el deporte, la ciencia, la tecnología y ámbitos académicos eran casi exclusivos de los hombres, sin embargo, los avances que se han ido ganando a pulso, ha permitido colocar a las mujeres en espacios significativos de toma de decisión que contribuyen a disminuir las brechas de género y abrir nuevas oportunidades para ellas. Esto significa un gran progreso ya que, detrás de nuestros caminos actuales hay un gran camino recorrido de muchas mujeres que con mucho pesar, dolor e incesantes luchas lograron que hoy por hoy gocemos de los derechos que actualmente tenemos.

Quien diría que no hace mucho, en los años sesenta las mujeres tuvieron la oportunidad de efectuar su primer sufragio, y para reducir la cantidad de mujeres votantes, solo podían llegan las que supieran leer y escribir; es decir, un muy reducido número. Ahora podemos ver en los padrones electorales que la mayor cantidad de votantes son mujeres. Es por ello que es necesario y urgente que cada vez más, nos vayamos interesando y participando en política porque solamente nosotras conociendo lo que significa ser mujer en Guatemala, podremos realizar cambios significativos y coherentes para beneficiar y propiciar espacios de desarrollo integral con paridad de género, ya que al momento de empoderar y apoyar en liderazgo a una mujer, contribuimos a disminuir brechas económicas y sociales no solamente en una persona sino también en una familia, es decir en comunidades enteras.

Esta es la importancia de poner en un foco de atención y prioridad a la mujer, para que vayamos creando una metamorfosis en las esferas sociales. Cada vez más, hay más mujeres ingresando a la universidad y más de la mitad de los egresados son mujeres, esto nos otorga una luz de esperanza y una brújula para conocer que hemos ido avanzando de forma progresiva.

Actualmente estamos en un momento donde el panorama ha ido cambiando rápidamente. Feliz y orgullosamente puedo mencionar que hoy tenemos a la primera mujer en ganar una medalla olímpica en nuestro país, Guatemala, y más mujeres participando en estos eventos deportivos, donde la disciplina, perseverancia y dedicación son trascendentales para el éxito. Entonces, esta es la clave, la disciplina, pasión y decisión para realizar nuestros sueños realidad, claro, no es fácil, pero tampoco imposible, así que podemos iniciar con efectuar pequeños cambios que nos generen un todo.

Poco a poco, se ha ido rompiendo los techos de cristal. Conociendo esta metáfora como todos los obstáculos que se han generado por medio de estereotipos donde ha ido dejando a la mujer como segunda al mando; esas barreras invisibles que no permiten un desarrollo integral y han contribuido a continuar posicionando a los hombres como directivos y a las mujeres en posiciones de menor jerarquía. A pesar de ello, la participación y liderazgo femenino va en constante crecimiento, ahora podemos ver a mujeres influyentes en la industria, en la tecnología, el deporte y la ciencia.

En este momento es donde necesitamos detenernos, reflexionar y cuestionarnos sobre qué estamos haciendo desde nuestros espacios para ir abriéndole brecha a las generaciones que nos siguen. Preguntémonos qué nos gustaría que nuestras hijas, sobrinas, hermanas, vecinas, conocidas puedan gozar que hoy por hoy aún no se nos ha permitido, por ejemplo, el salir totalmente segura a la calle, el no tener miedo al momento de subirnos al transporte público, no temer por salir de noche o muy temprano a la calle. ¿Qué estamos haciendo para que las nuestras se sientan más seguras?

El empoderamiento de las niñas y adolescentes es crucial para el progreso de nuestro país, en un mundo y sociedades más justas y equitativas. Enseñémosles a las niñas que se puede soñar y que estos sueños se pueden hacer realidad. Eduquemos con el ejemplo, reeduquemos nuestros patrones de crianza e instruyámoslas a que ellas son capaces de todo lo que se proponen. No solamente es brindarles acceso a los recursos sino también fortalecer su autoestima, habilidades y confianza en ellas mismas; estas serán herramientas cruciales para que en un futuro tengamos a más mujeres líderes y apasionadas en lo que realicen, para que ayuden a transformar vidas y fomentar la esperanza en las mujeres.

Entonces, que te resuene la pregunta: ¿Qué estoy haciendo para que las niñas y adolescentes que siguen mis pasos, sean mujeres libres, felices y poderosas?

Lcda. Viviana Rodas, Trabajadora Social – CliniK Mente Psicología

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