Vivir es un arte

Un viaje al futuro para actuar en el presente

La vida desde su majestuosidad y su inmensidad nos ofrece cada día una oportunidad invaluable para vivir en plenitud y esplendor. Cada amanecer nos enfrenta a un nuevo misterio, un enigma que nos invita a explorar nuestro destino y a reflexionar sobre el verdadero significado de nuestra existencia. En este gigantesco y grandioso escenario, trae consigo nuevas oportunidades y potencialidades, nos recuerda que las decisiones, aunque a veces inciertas son las que forjan nuestro destino, experiencia y futuro. Estas decisiones actúan como distintas aristas, llevándonos por distintos caminos y situaciones los cuales pueden ser placenteros, pero también sumamente desafiantes.

El vivir es un arte, ya que nos permite enfrentarnos tanto a las alegrías como a las dificultades con un corazón dispuesto, aunque algunas veces los resultados son amenos y otras un tanto inciertos y caóticos, pero de eso se trata, de amarnos y valorarnos hasta cuando nuestras decisiones no son las mejores porque es un constante aprendizaje volviéndose lecciones de vida, que nos ayudan a fortalecer nuestro carácter. A medida que enfrentamos los obstáculos, nuestra tenacidad y resiliencia aumentan, permitiéndonos renacer con fuerza y determinación, al igual que el ave fénix que surge de sus propias cenizas, incluso tras las caídas más duras.

En medio de este proceso, es crucial tomarse el tiempo para reflexionar sobre la necesidad de la creación de un plan estratégico para nuestra vida que nos permita tomar acción y que nos lleve al autodescubrimiento y autoconocimiento para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

Al momento de crear un plan de vida nos lleva a una introspección profunda y una evaluación realmente sincera y honesta de nuestros sueños, prioridades, virtudes y talentos, porque nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Nos invita a reflexionar sobre cómo nos miramos en el futuro, qué es lo realmente importante para nosotros, considerar nuestras metas tanto a corto como largo plazo, y cómo hemos soñado en momentos de insomnio vernos en total plenitud desde distintas áreas tanto personal, profesional y emocional. Partiendo de todo esto y teniendo la claridad en nuestros pensamientos, nos favorecerá para establecer objetivos alcanzables y la capacidad de desarrollar estrategias para superar obstáculos venideros, enfocados y motivados incluso en momentos de incertidumbre.

Es necesario recordar que, una planificación de vida no es para nada estática, es un documento que se ajusta y evoluciona junto con nosotros a través del tiempo, porque a medida que avanzamos nuestras circunstancias cambian, por lo que se tiene que ir adaptando a nuestras necesidades en el trayecto. El tener este plan nos permite vivir de una manera más consciente y a que las decisiones las tomemos con mayor seguridad y con los recursos necesarios, bajo el fin de alcanzar nuestras metas.

Para ello menciono algunos tips que pueden ser de utilidad y valor para cuando decidas tomar la decisión de ser diseñador de tu plan de vida.

Reflexiona sobre tus valores y objetivos: permítete identificar qué es lo que realmente te apasiona en la vida, cuáles son tus objetivos a largo plazo, cómo te ves en este momento y como te visualizas en cinco, diez, quince años. Analiza tus fortalezas, intereses y cómo puedes visualizarte en todas las esferas de tu vida, tanto el personal, profesional y social.

Define tus metas: es necesario que establezcas metas claras y alcanzables. Ya teniendo tus objetivos previamente divídelos en corto, mediano y largo plazo. Asegúrate que estas metas sean especificas, realmente alcanzables y medibles, asignándoles un tiempo determinado. Por ejemplo, te estás preparando para correr una media maratón, y como meta te propondrás correr cinco kilómetros, en dos meses e irlos subiendo cada mes hasta llegar a correr consecutivamente los veintiún kilómetros que representa tu meta final.

Crea tu plan de acción: teniendo tus metas, es indispensable que desarrolles un plan para alcanzar cada una de las metas establecidas. Define plazos y prioridades en cada una de ellas, también considera los recursos que necesitas para alcanzar tus metas y qué obstáculos presentas para buscar atenuarlos y que no se vuelva una limitante.

Busca una red de apoyo: rodéate de personas que te inspiren, motiven y puedas aprender de ellos, en esta etapa se convierten en tus mentores para tu evolución. Puedes unirte a grupos de personas que compartan tus mismos intereses y que puedas conocer distintos puntos de vista para fortalecer tu crecimiento y el logro de tus objetivos.

Reflexiona, evalúa y readecua: para esta etapa es necesario una reflexión constante de tus objetivos y metas planteadas. Evalúa si las acciones y recursos que estas utilizando han permitido que avances en tus metas. Recuerda que una planificación es flexible, por lo tanto, sino está funcionando cámbialo y readecua a lo que consideres que funciona en este momento.

Celebra tus logros: reconoce y celebra tus logros, por más pequeños que consideres que sean, es el esfuerzo y empeño el que le valor. Como instrumento puedes llevar una bitácora de tus logros pequeños, medianos, grandes como tú los quieras ver, esto permitirá que puedas identificar que vas en camino correcto a buscar la mejor versión de ti mismo.

Nunca olvides que tus sueños, metas, objetivos y acciones son los materiales perfectos para construir tu futuro y alcanzar una vida con propósito, equilibrio y plenitud.

Por: Lcda. Viviana Rodas, Trabajadora Social – CliniK Mente Psicología – Tel. 4214-4380 / 5525-0022 – clinikmentepsicologia@gmail.com

Desbloqueando miedos, construyendo sueños.

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